Querido Viejito:
Es verdad que hace mucho tiempo que no te escribo, y espero
que esa no sea razón para ignorar esta carta. La verdad es que este año
quisiera pedirte algo muy especial.
Hace poco conocí una niña, muy linda, y la encontré muy
simpática. Pasó el tiempo y aprendí mucho de ella, y se generó una bella
confianza entre ambos, y ahora me gusta mucho. Lo malo es que antes de
conocerla, ella lo pasó muy mal, y ahora está muy triste.
Es por eso que este año, no quiero pedirte juguetes. Lo
único que deseo para esta navidad es que ella vuelva a sonreír. Pero no sólo su
carita, sino también su corazoncito, que es lo que más le duele.
Sólo eso te pido viejito, que ella recupere eso que perdió.
A veces me imagino verla en ese tiempo, cuando realmente era feliz, y me dan
unas ganas enormes de poder hacer que se vuelva realidad.
Yo sé que puedes viejito, tengo toda mi esperanza puesta en
que ella se mejorará de todo y volverá a brillar como la estrella que siempre
imagino que es.
De antemano gracias querido viejito, y feliz navidad.
Con cariño, Janito.
PD: Si además me traes la bicicleta que te pedí el año
pasado, sería genial, pero es sólo una idea. Recuerda cumplir lo de arriba
primero.
Dedicado.
Dedicado.