Viví torturado y atormentado por el mundo. Todos me llamaban loco, o me decían que me faltaba un tornillo. Gracias a Dios ahora soy feliz, sólo me faltaba un buen consejo. Gracias por no dejarme solo, pequeño gato lavadora que cuelga del pino de mi comedor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se le agradece de antemano.
Cualquier crítica negativa será castigada con la muerte.
Es libre de opinar.