domingo, 17 de junio de 2012

Estamos Mal

Más texto desempolvado...


Estamos bastante mal, no lo puedo negar. Y “por qué”, me dirán, bueno, es muy simple de explicar, es porque ESTAMOS MAL. Suena a explicación de adulto que ya no sabe como responder los sucesivos “por qué” de un niño pequeño e inocente… y hablando de niños pequeños, con ayuda de ellos voy a explicar por qué estamos mal, y aunque suene algo confuso, es culpa de los culpables…


Se supone que vivimos en un mundo donde la democracia es la única forma de gobernar un país desarrollado como los que manejan el mundo (y no me digan que es mentira, porque si ellos deciden acabar con nosotros lo hacen, si no es económicamente, nos tiran una bomba y adiós a todos), y con la democracia (que se supone debe darnos igualdad de derechos) viene el sistema económico del momento: El Capitalismo liberal o, como yo le llamo, “más y más, hasta no ver el fondo”. Aunque la denominación propia que le doy a este sistema no se entiende, y pareciera que no tiene nada que ver con el “por qué estamos mal”, tiene una explicación, no lógica, más que eso, realista, obvia, o sea, está frente a nuestras narices. Basta con preguntar a nuestros padres cuánto ganan mensualmente y en cuánto más están endeudados, piensen, el televisor, el computador, el auto (incluyendo la gasolina que este consume y la mantención), la casa, el DVD, el estéreo, el microondas, la cocina nueva, la remodelación del baño, la nana que hace el aseo, la cuenta de luz, agua, gas, teléfono, Internet, etcétera, etcétera, etcétera. Así, además de enumerar los gastos de cualquier familia, nos damos cuenta de que estamos “invirtiendo” demasiado, algunos bastante más de lo que ganan, y no saben que para endeudarse deben tener para pagar lo que pidieron más los intereses. Pensar que aquellos que se benefician de los intereses son los que se benefician también del capitalismo. Pero, 
¿Donde están los niños que mencioné al principio de todo esto? Es ahí donde quiero llegar, sólo necesitaba introducir un poco al tema.


En el mundo mueren diariamente más de ocho millones de niños, y no por causas naturales o accidentes, sino por causas netamente económicas, o sea, falta de recursos para subsistir. Eso nos pone a pensar, “estamos mal económicamente”, pues no señores, en el mundo existen recursos suficientes para mantener en estado considerable al doble de la población mundial, lo que pasa es que aquellos capitalistas que controlan dichos recursos no son capaces de darse cuenta de esta situación y remediarla de algún modo. En eso estamos mal.


Ahora, se supone que este ensayo trata acerca de la obra “¿Cachai?”, escrita por el profesor Zamora, pero se puede decir que todo lo que expliqué con anterioridad tiene que ver con la obra, de manera introductoria claro. Me refiero a lo siguiente:


La obra trata acerca de dos hermanos que pierden a sus padres en la época del golpe militar. El menor se queda mudo, luego ambos montan un espectáculo donde se mofan de su mala suerte, con el cual se ganan la vida en el café de la mujer que los adopta y que posteriormente se acuesta con el mayor de los hermanos. Luego de que los militares los atrapan a los hermanos la señora se fuga del país; el pequeño muere en un accidente; al mayor lo culpan de asesinato, se arranca y desentierra al hermano para seguir con su acto.


Es posible afirmar que, según lo que pidió expresamente el profesor para este ensayo, existen una serie de transmutaciones apreciables en el transcurso de la obra, hablo de transmutaciones como cambios bruscos de 180º en situaciones y maneras de pensar o ver la vida. Haciendo mención a lo anterior puedo destacar que la mala suerte de los hermanos se ve volcada luego de conocer a “la señora”, que los adopta y les da un mejor pasar; el cambio de mentalidad de los hermanos, que luego de ver su situación como una tragedia, la toman con humor y sacan partido de ella; y la más importante, el giro que mejor explica mi tesis, el cambio del silencio a la palabra. Aquel que antes era mudo vuelve a hablar de manera milagrosa (aparentemente), es decir, el pequeño que queda mudo por un trauma recupera su voz y expresa lo que siente sin rodeos (aparentemente), y no sólo su voz, sino también su vida, su energía vital, resucita (aparentemente), pero, es bastante interesante el cómo de esta transformación:


Luego de la muerte de los padres, el par de hermanos queda con un trauma severo, el mayor enfrenta un miedo sobrenatural hacia los militares y se queda paralizado al ver uno; el menor queda mudo y no existe nada que lo haga hablar de nuevo. He aquí el dilema, el infante queda mudo, pero aún así habla, es pues que se crea una especie de juego de ventriloquia entre hermanos, o sea, el mayor imita o crea una voz ficticia para el mudo, y esto hace parecer que el mudo habla y comparte discusiones con el otro (aparentemente), pero, la realidad es otra, porque quien discute es sólo el mayor, aquel que parece cuerdo se muestra loco al canalizar una parte reprimida de su afectada personalidad en la muda boca que se mueve y que “aparentemente” habla.
Se preguntarán que ocurre dentro de mi mente para poder deducir esto. Es simple, sólo hay que analizar en detalle el final de la obra, el momento en que Zamora confiesa que desentierra a su hermano muerto mientras saca un esqueleto de una de sus maletas. Ahí nos podemos dar cuenta de una realidad indiscutida, él no quería a su hermano como tal, lo usaba como una forma de expresar lo que no podía por si solo. El luchador niño que venció la adversidad junto a su hermano en realidad lo hizo solo. O sea él y su otro él, quien suplantaba la perdida voz del hermano. Entonces, al ver la pérdida de su fuente de confianza, tuvo que recuperarla de alguna manera, para no quedar indefenso.


Esto que he escrito en el anterior párrafo es, a mi parecer, la mayor transmutación expresada en la obra, con lo cual concluyo este ensayo…

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